La implementación se dio previo a la pandemia y permite la trazabilidad de hasta tres uniformes por empleado, según precisó a Convergencia Rosana Román, gerente de Canales para SOLA de Zebra Technologies, que instaló los lectores de las etiquetas. De esta manera evitan que las prendas salgan del establecimiento, controlan la cantidad de lavados en un establecimiento externo encargado de la limpieza –ya que el vestuario soporta una cantidad máxima de lavados- e identifican a qué sector pertenece la prenda, quién la utilizó y en qué momento.

El desarrollo integral en el Finochietto estuvo a cargo de la firma argentina Telectronica, que encaró implementaciones similares de RFID en la Clínica y Maternidad Suizo Argentina, CEMIC y los sanatorios Güemes y el Mater Dei.