AI Action Summit: Europa se vuelca a la acción y deja atrás el foco en seguridad
La cumbre parisina sobre inteligencia artificial mostró un cambio de eje de la Unión Europea con énfasis en la regulación.
La cumbre parisina sobre inteligencia artificial -celebrada entre el 10 y el 11 de febrero últimos- mostró un cambio de eje de la Unión Europea, y Francia como principal exponente, frente a las implicaciones de la nueva tecnología: el énfasis en la regulación y la preocupación por los riesgos, dos focos tradicionales de la política TIC del Viejo Continente, quedaron relegados frente al afán por impulsar negocios y acercar a Europa a la idea de un hub de IA. La AI Action Summit fue además escenario para que Estados Unidos mostrara las cartas de la administración Trump (ver página 8) en materia de geopolítica tecnológica: esto incluyó un posicionamiento claro en contra de China y su avance con Deepseek y su motor de IA "R1", revelado pocos días antes del encuentro en la capital francesa.
Emmanuel Macron, presidente de Francia, actuó como anfitrión del cónclave, y sus mensajes lograron zanjar diferencias entre la AI Action Summit y sus dos encuentros predecesores. Tanto en el congreso de Bletchey Park Reino Unido en 2023, como en Seúl, Corea, en 2024, el interés había estado en delinear consecuencias, peligros y cuestiones éticas en torno a la IA. En la cita de París -co-organizada junto a la India-, el mandatario transmitió optimismo, sensación de oportunidad y un llamado a la adopción.
El presidente de la República Francesa prometió una inversión en IA de € 109.000 millones para avanzar en investigación e infraestructura y apoyar al sector privado. Parte de ese monto proviene de los Emiratos Árabes Unidos, que aseguraron entre € 30.000 y 50.000 millones para financiar un centro de datos de 1 Gigavatio, que reforzará las capacidades informáticas de IA de Europa y respaldará la formación de modelos a gran escala.
También el mandatario francés plantó bandera en términos energéticos, posicionando a Francia en mejores condiciones que Estados Unidos (en otro de los sectores en que Europa intenta aventajar a Estados Unidos en la competencia por el liderazgo tecnológico). "Tengo un buen amigo al otro lado del océano que dice 'perfora, cariño, perfora'. Aquí no hay necesidad de perforar. Es "enchufa, cariño, enchufa". Hay electricidad disponible", sentenció Macron, en una de las frases clave de la cumbre.
La inversión prometida por el presidente francés fue secundada por la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen: en su caso anunció € 200.000 millones para "oportunidades relacionadas con la IA", de las que las llamadas "gigafábricas" (ver gráfico) demandarán € 20.000 millones. También se alineó al mensaje de Macron en el enfoque optimista y a favor de la acción: reafirmó la voluntad de la UE de tener un lugar claro en la carrera global de la IA y advirtió que el liderazgo está "en juego" porque la revolución recién comienza. Como fortalezas del Viejo Continente, postuló el dominio en ciencia y tecnología, la capacidad de aprovechar el poder del código abierto; los ecosistemas de start-ups en auge; y el proyecto de establecer un equivalente a la Organización Europea para la Investigación Nuclear para la IA.
Dos bajas. La Declaración final que resultó del encuentro dejó en claro el disenso en torno a la IA y las batallas geopolíticas por detrás. Las dos "bajas" entre los firmantes -Estados Unidos y Reino Unido- resonaron más que los 61 países y bloques regionales que sí suscribieron (y que superan a los 29 de Bletchey Park y a los 11 de Seúl).
El país norteamericano fue protagonista de la AI Action Summit porque el vicepresidente JD Vance tuvo en París su primera alocución pública tras asumir el cargo el 20 de enero. Su mensaje fue, como se esperaba, en contra de esfuerzos regulatorios que traben la innovación, pero con un fuerte proteccionismo y vigilia ante el avance asiático. Sin nombrar a China específicamente, advirtió que Estados Unidos observa "cómo adversarios extranjeros hostiles han utilizado software de IA como arma para reescribir la historia, vigilar a los usuarios y censurar el discurso. Algunos regímenes autoritarios han robado y utilizado la IA para fortalecer sus capacidades militares, de inteligencia y de vigilancia, capturar datos extranjeros y crear propaganda para socavar la seguridad nacional de otras naciones".
En el caso de Reino Unido, el Gobierno se negó a firmar la Declaración debido a la carencia de "claridad práctica sobre la gobernanza global de la IA". En efecto, la primera cumbre realizada en territorio británico en 2023 -UK AI Safety Summit- había incluido a la seguridad en su propio nombre, como eje central. Y pocos días antes del encuentro en Francia, se dio a conocer el AI International Safety Report, encargado por el gobierno de Reino Unido. Allí se expuso la urgente necesidad de mitigar los riesgos desde el sesgo a la desinformación hasta las vulnerabilidades de seguridad. Además, el informe llama a abordar los riesgos "fronterizos" de la IA, en particular por modelos de altamente capaces y peligros que trascienden las fronteras nacionales, por lo que requieren de acciones conjuntas entre gobiernos.
Lo que viene. El Grand Palais, donde se organizó el cónclave, también recibió a compañías especializadas en IA y organizaciones de la sociedad civil. Entre sus visiones a futuro, Demis Hassabis, director de la unidad de IA en Google, anticipó que la lA General (sistemas que igualan o superan a los humanos en cualquier tarea intelectual) existirá en un plazo de cinco años; y la empresa china Zhipu predijo que los motores alcanzarían "conciencia" para 2030.
Darío Amodei, director Ejecutivo de la firma estadounidense de IA Anthropic, consideró que hacia 2026 o 2027, los sistemas de IA actuarán como un nuevo país, "un estado completamente nuevo poblado por personas muy inteligentes que aparece en el escenario global". En cuanto al impacto económico de este actor, avizoró que la IA avanzada podría representar "el mayor cambio en el mercado laboral global en la historia de la humanidad".