Alrededor de 30 billeteras se reparten un mercado de más de 10 millones de usuarios en Argentina. El año pasado, tras un vuelco a servicios financieros digitales forzado por el confinamiento, se dio una verdadera expansión del ecosistema, con el desembarco de opciones como ank -de Banco Itaú-, BIMO -una joint-venture entre Clarín y Prisma- y Cuenta DNI, de Banco Provincia, entre otras. De todas maneras, el gran salto se dio con MODO, creada por los propios bancos, que en dos meses alcanzó el millón de usuarios (más que nada por la asociación de cuentas bancarias existentes a esta billetera).

La irrupción de MODO en un sector dominado por fintechs no genera recelo entre competidores, al menos por el momento. Todos coinciden en que todavía queda mucho negocio por repartir -en Argentina, el 80% de los pagos aún se realiza en efectivo-. Los retos son compartidos: por un lado, la usabilidad, y por otro, la interoperabilidad. En el primer caso, las billeteras trabajan en generar interés en sus funcionalidades para que los clientes no sólo descarguen sus apps y empiecen a operar, sino que les encuentren utilidad y efectúen transferencias y pagos con frecuencia. El nivel de bancarización es alto en el país frente al resto de la región -existen unas 60 millones de cuentas- pero el 50% de ese total es “sub-bancarizado”. El pago de facturas de servicios públicos fue el gran disparador en términos de usabilidad, en particular con la cuarentena de 2020.

En cuanto a la interoperabilidad, se lograron mejoras a partir del segundo semestre de 2020, para sumar medios de pago en comercios, en especial los pequeños. En gran parte, el desarrollo del ecosistema de billeteras responde a la puesta en marcha del programa Transferencias 3.0, impulsado por el Banco Central, un sistema de pagos abierto y universal.

La principal diferencia de MODO frente al resto de billeteras es que no se mete con verticales propios de la banca tradicional: no ofrece créditos, ni emite tarjetas. Pablo Scoglio, Chief Product Officer (CPO) de esta billetera, anticipó a Convergencialatina que sumarán funcionalidades durante este año, como la división de un gasto entre familiares o contactos relacionados. Hasta el momento está disponible el envío y solicitud de dinero, las transferencias y los pagos a comercios.

En cuatro pasos. Argentina es el país con mayor uso de agregadores y billeteras según un reporte de Minsait Payments, de Indra: el 29% de la población adulta bancarizada internauta utilizó este medio de pago en enero y protagonizó el mayor incremento de uso de pago con smartphone o smartwatch a través de QR estático, pasando de un 34,3% a un 54,3% en 2020. La digitalización inusitada de la nueva normalidad y el dinamismo que imprimió MODO al segmento con su rápida captación aceleran, sin embargo, el proceso natural que vienen mostrando las billeteras en el Hemisferio Norte. En una primera etapa, el segmento es dominado por los primeros jugadores, como sucedió en Argentina con Mercado Pago y Ualá. Luego, se da una proliferación con numerosas opciones y bases de clientes propias de cada una, es decir, la fase actual en Argentina.

Para los próximos dos años se anticipa una tercera etapa, de consolidación, con cuatro a seis players absorbiendo a las billeteras que dejen de operar tras procesos de fusión y adquisición y entrada de jugadores extranjeros. Una cuarta etapa, que recién comienza a perfilarse en Europa y Estados Unidos, es la del negocio global: actores históricos como PayPal o la start-up lituana Revolut (que llegó a una valoración de US$ 5.500 millones a fin de 2020) lanzan operaciones en varios países y ganan cuota de mercado a partir de la fragmentación de billeteras locales.

Esta hoja de ruta ya forma parte de los escenarios que manejan los players. Por caso, en Naranja X, que cuenta con 475.000 usuarios registrados, estiman que en 2021 podrían darse casos de consolidación “con algunos pocos líderes del segmento que ofrezcan un sólido ecosistema de productos”, según expresaron ante la consulta de Convergencialatina.