El negocio local de videojuegos está en el móvil
Las tiendas de apps móviles multiplicaron los modelos de negocio posibles y le ganarán a la PC en la medida en que los Smartphones sumen calidad gráfica.
La mayor parte de los juegos producidos en Argentina son para la plataforma móvil, porque es menos costoso que hacerlo para consolas. Crear para Sony (PlayStation), Microsoft (Xbox) y Nintendo (Wii) requiere millones de dólares para producción y distribución de juegos de calidad Premium, mayor cantidad de desarrolladores abocados al proyecto y más tiempo de trabajo. Miguel Martín, director de la Asociación de Desarrolladores de Videojuegos de Argentina (ADVA), ofreció como ejemplo a NGD Studios, de Argentina, que publicó una nueva versión del juego Master of Orion, junto a una empresa de Europa. “Costó dos años de trabajo, con 60 personas dedicadas a este proyecto. El riesgo de una inversión tal hace que los desarrolladores locales estén más enfocados en el móvil. Se pueden crear juegos más casuales, o pequeños, con un equipo de cinco personas y menores costos de producción”.
Como relató a Convergencialatina Martina Santoro, CEO del estudio OKAM, a la hora de producir para consola, es necesario contar con una certificación específica y un kit de desarrollo de alguna de las tres compañías del segmento (el de PlayStation cuesta alrededor de US$ 16.000), además de acceso a soporte técnico especializado. “El móvil hizo más democrático y accesible el mundo del gaming. Incluyó a personas que antes no jugaban. La mayor variedad y cantidad de gente accediendo a las tiendas de apps, a su vez, motiva nuevas inversiones más variadas en los juegos, incluso experimentales. Con el móvil también cambió el tipo de juego: hoy se puede consumir un juego de manera más casual, sin implicar horas frente a la pantalla, sino sólo cinco minutos, sin que esto genere culpa en determinados usuarios que de otra manera no jugarían”.
La expectativa entre los desarrolladores de Argentina es que el mundo móvil gane aún más terreno frente a otras plataformas. Para Diego Ruiz, fundador de Dedalord, “hacia 2017, los Smartphones tendrán el poder gráfico que hoy tienen las consolas. Sony incluso anunció que no publicará más juegos con su sello para la consola portátil PS Vita. Es que ya no tiene sentido, con la masificación de iPads”.
El desafío para los desarrolladores en el gaming estrictamente móvil es lograr posicionarse en las tiendas de apps. Qb9 Entertainment, de Grupo Clarín, desarrolla entretenimiento digital, de manera integral, y su principal activo es Mundo Gaturro, un caso de éxito en Latinoamérica para el segmento infantil. El producto cuenta con 15 millones de usuarios registrados, aunque predomina en PC y recién se está trasladando a la plataforma móvil. Guido Corsini, CTO de la firma, sostuvo que “en el mundo mobile, la estrategia y el posicionamiento de cada producto es fundamental, porque estás peleando entre 15 a 20 apps que hay en un dispositivo en promedio, con millones en el store. Por otro lado, no se monetiza como en la web: es más fácil cobrar la recurrencia de un servicio en la web, mientras que en el móvil es más atomizado, o directamente se recurre a avisos y publicidad”.
Modelos de negocio sin un operador de por medio
Con el surgimiento de las tiendas de aplicaciones, los modelos de negocio de los desarrolladores de videojuegos pudieron librarse del operador móvil. Para el presidente de ADVA y CEO de Sismo Games, Andrés Rossi, la relación “extremadamente disociada” entre operadores y desarrolladores incluso frenó el avance de la industria local. “Previo a la existencia de las tiendas, en Latinoamérica, para que se vendiera un juego o algún elemento dentro del juego, era necesario un SMS. Pero el operador se quedaba con el 80% de lo que pagaba el usuario. No era rentable”, recordó.
Ahora, los estudios manejan un abanico de modelos, que abarca desde juegos freemium (el esquema predominante) a pagos, pasando por “free to play” (permite descargar el juego sin costo y después se ofrece comprar un contenido relacionado con el juego) y la inserción de publicidad. La baja tasa de bancarización en Latinoamérica y la resistencia a utilizar la tarjeta de crédito dentro de aplicaciones hacen que se dificulte la aplicación práctica de opciones con algún pago. “Por eso los productos no se piensan para Argentina sino para Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Corea del Sur, que son los países que más pagan por juegos”, comentó Ruiz.
Un último modelo que gana adeptos es la “adquisición de jugadores”: en los juegos más populares, se paga para que determinado gamer ingrese y juegue, de manera de atraer a otros a hacer lo mismo para ver al experto en acción.