La gestión Milei pone las cartas sobre la mesa y se juega por la apuesta satelital
Previo a la salida de Posse, las autoridades marcaron agenda con la creación del Registro de geoestacionarios, lo que permitió inscribir cinco satélites de cuatro operadores que ya están habilitados para ofrecer capacidad. Además, se determinó la necesidad de ordenar el Reglamento que regula el funcionamiento de las flotas geoestacionarias.
Mayo quedo atrás sin el Pacto prometido por el presidente Javier Milei, y sin Nicolás Posse a la cabeza de la Jefatura de Gabinete. Lo que sí tuvo el mes patrio del calendario argentino fueron definiciones de las nuevas autoridades para el sector TIC, ancladas en un organigrama que ahora se desprende del nuevo jefe de Gabinete, Guillermo Francos (retratado en la edición Nº 341 de Convergencia Telemática), y que ya se vio afectado con la salida de Alejandro Cosentino, quien fuera secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología. Francos aseguró en declaraciones radiales, tan solo horas después de su nombramiento oficial, que comenzará un proceso para "rever funciones de distintos integrantes" de Jefatura de Gabinete: reconoció que "algunos cargos continuarán y otros cambiarán; el momento y la circunstancia". El factor Federico Sturzenegger también pesa: la conformación de un nuevo ministerio ligado a la desregulación de la economía podría llevarse puesto, por ejemplo, lo avanzado en términos de reglamentación de intervención en empresas estatales.
Previo al vendaval de la salida de Posse, se vivieron semanas de una verdadera “presentación en sociedad” de funcionarios ligados al sector TIC. El Senado fue el escenario para la rendición de cuentas de Posse, en tanto que el evento de Cabase “Internet Day 2024” sirvió de marco para que Cosentino; Héctor Huici, subsecretario de Comunicaciones y Conectividad; y Juan Martín Ozores, interventor del Enacom, realizaran sus primeras declaraciones públicas frente a una industria expectante de definiciones.
Si se desmenuzan las medidas concretas tomadas en el sexto mes de gestión, se viabiliza la operatoria de nuevos satélites geoestacionarios y de pequeñas flotas que incursionan en Servicios Móvil por Satélite.
Ozores, en diálogo con Convergencia, consideró que el sector satelital “hace tres años pide que le prestemos atención. Se trata de una oportunidad muy interesante porque implica conectar casos de uso de Internet satelital”. Para el interventor del Enacom, arranca una nueva era en telecomunicaciones en la Argentina, con Internet brindado por operadores satelitales apuntando directo a usuarios finales, empresas y dispositivos IoT. En este sentido, el funcionario anticipó un camino de “crecimiento exponencial” para la economía local y el inicio de un trayecto de apertura tecnológica.
Registro. A mediados de mayo la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología dispuso la creación del Registro para la provisión de facilidades satelitales para sistemas geoestacionarios en el ámbito del Enacom (Resolución 12/2024). También estableció su procedimiento, formalizando lo establecido en el artículo 330 del DNU 70 de diciembre de 2023. Como sustitución del artículo 34 de la Ley Argentina Digital Nº 27.078, la normativa indica que la provisión de facilidades de los sistemas satelitales de comunicaciones es libre y que requiere a “los titulares de tales sistemas el correspondiente registro para su operación”.
Previo a la conformación de este registro, los operadores GEO debían solicitar derechos de aterrizaje para que sus satélites operasen en Argentina. Arsat ofrecía resistencia y durante el gobierno de Alberto Fernández no hubo una decisión política de avalar nuevos sistemas GEO. Ahora, con la sola presentación de la documentación correspondiente, en un plazo de 30 días corridos pueden activar servicios en el país. Con esta modificación, cinco satélites de cuatro operadores -algunos con permiso solicitado hacen más de tres años- ya quedaron inscriptos y habilitados para ofrecer capacidad.
Cosentino, en su disertación en Internet Day 2024, destacó este paso como “la eliminación de un proceso extremadamente burocrático. Era una tarea muy engorrosa: se simplificó notablemente y posibilita que, en lugares donde la fibra es costosa, el satélite sea una alternativa”. Vale recordar que la Resolución 12/2024 no supone cambios ni mejoras para la operatoria de flotas en órbita baja, objeto de interés principal de la administración Milei y “joya de la corona” del mercado satelital actual. El anuncio de este registro entre los variopintos artículos del DNU 70 fue “para la tribuna” promocionado como una luz verde para Elon Musk (como retrató el Anuario de las Comunicaciones de Convergencia, edición Nº 337, publicado a inicios de 2024), cuando en realidad concierne a los GEO.
Lo cierto es que los LEO no necesitaron derechos de aterrizaje antes de Milei, ni ahora, ni tampoco debieron atenerse a requisitos específicos, a excepción de coordinación de frecuencias con Arsat porque el Reglamento vigente -que data de finales de los 90- no preveía la existencia de los actuales negocios en estas flotas en órbita baja. En la última fase del gobierno de Alberto Fernández, inconsistencias en el acuerdo con Arsat sobre aspectos técnicos y de interferencias retrasaron la activación de estas flotas. En febrero de 2024, mediante tres resoluciones del Enacom, se dieron por cumplidas las condiciones para que OneWeb, Starlink y eventualmente Kuiper operen en los segmentos de frecuencias atribuidos al Servicio Fijo y Móvil por Satélite (Resoluciones 1, 2, 3 y 4 del 26 de febrero). Previo a esto, para las tres flotas se habían especificado estas condiciones, en 2018, 2021 y 2023.
Hoy la única de estas megaLeos que está operando sobre suelo argentino es Starlink, que arrancó la venta de kits localmente a fines de marzo.
Reglamento. En el mismo texto que da origen al registro de facilidades satelitales, el artículo 6 encomienda a la Autoridad de Aplicación -a saber, el Enacom- que en un plazo de 60 días se expida con “una modificación y un texto ordenado de la Parte II del Reglamento aprobado por la Resolución de la ex Secretaría de Comunicaciones N° 2325 del 30 de julio de 1997, contemplando la adecuación del régimen dispuesto por el artículo 330 del DNU N° 70/2023”.
Esta indicación tiene un culebrón como antecedente, como retratara Convergencia Telemática en su edición nº 32º de agosto de 2022. La normativa que se pretende modificar está ligada a la "Provisión de Servicios Mundiales de Comunicaciones por Satélite a través de Constelaciones de Satélite de Orbita no Geoestacionaria" (Resolución 2325/97), elaborada en tiempos en que los acuerdos de reciprocidad entre países eran elementos cruciales para el funcionamiento de los sistemas satelitales, bajo conceptos de protección del cielo y la defensa de sistemas domésticos.
Vale recordar que, en la década de 1990, las posiciones orbitales asignadas a Argentina se adjudicaron a Nahuelsat, empresa de capitales extranjeros que no logró cumplir con su obligación de colocar un satélite en órbita -en la posición 81° Oeste-, pero las gestiones ante la UIT permitieron preservarla (y actualmente es ocupada por el Arsat-2). En 2007, tras la creación de Arsat, se rescindió el contrato con Nahuelsat y sus activos fueron transferidos al Estado nacional.
En los últimos siete años hubo dos intentos fallidos de avanzar con una nueva reglamentación, tanto para la Parte II del Reglamento, ya detallada, como para la Parte I ("Provisión de facilidades satelitales por los satélites geoestacionarios en el servicio Fijo y de Radiodifusión por Satélite", Resolución 3609/99). En los últimos meses del gobierno de Alberto Fernández un nuevo esquema regulatorio estuvo a punto de ver la luz: incluso la entonces secretaria de Innovación Pública de la Nación, Micaela Sánchez Malcolm, aseguró a Convergencia que estaba finalizando un trabajo en el esquema de transición satelital a fines de septiembre de 2023, en plena batalla electoral.
Nada concretó el gobierno anterior, y ahora, de avanzarse con una actualización de la Parte II, se daría -ahí sí- la posibilidad de incorporar requisitos para LEO, o no incorporarlas, o hacerlo a medias. Para el borrador del nuevo reglamento, están bajo análisis normativas que cubren todo el espectro del enfoque regulatorio, desde las más abiertas a tono con el espíritu libertario, a las que suponen injerencia y condiciones. Entre las variantes en la baraja, están las de considerar por un lado a las megaLeos y por otro, a las restantes flotas experimentales (aficionados, meteorológicos); y los controles de distancia de la Tierra para LEO.