La identidad puede concebirse de diferentes formas, pero en términos burocráticos tiene que ver con credenciales que cada persona acumula a lo largo del tiempo. En el mundo digital, cualquier persona debe crear múltiples ID para relacionarse con organismos del sector público o utilizar múltiples aplicaciones que no interoperan entre sí.

Una de las soluciones que se han puesto en marcha son los modelos centralizados -como el caso de la app Mi Argentina - en la que el Gobierno solicita a los ciudadanos que le compartan sus credenciales. Por otro lado, el sector público y el privado trabajan a nivel mundial en desarrollos que les permitan a las personas interactuar a través de su identidad de manera descentralizada.

La World Wide Web Consortium (W3C) publicó sus estándares para hacer posible una identidad verdaderamente descentralizada: entre ellos están los Identificadores Descentralizados (DID), cuya versión 1.0 se hizo oficial en julio de 2022.

En Argentina, por el sector público, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, junto a partners privados, desarrolló su “Wallet Quark ID”, una billetera que habilita nuevas formas de usar la información personal. En este intento por disminuir la fragmentación de la identidad digital, esta aplicación (ya disponible para descargar), cuenta con su primera credencial y en los próximos meses comenzarán a emitir credenciales verificables que provengan del Registro Civil.

Este tipo de aplicaciones no solo genera un provecho por sus usuarios. Pedro Alessandri, director General de Ciudadanía Digital de la Secretaría de Innovación y Transformación Digital del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, señaló que brinda beneficios económicos para las empresas.

Cualquier empresa que se integre a Quark ID, además de emitir sus credenciales, podría aprovecharse de la certificación de la identidad que la plataforma realiza y no incurrir en el costo de tener que comprobar que una persona es quien dice ser.

En el sector privado, MIAid es una plataforma en la que cada usuario puede crear y consumir su identidad. Su cofundador, Gabriel de Simone, considera que existen tres pilares a la hora de concebir la gestión de la identidad digital: seguridad, privacidad y simplicidad.

La seguridad está dada a partir de los estándares internacionales. Siguiendo las recomendaciones de la W3C, la existencia de una clave pública -que se almacena en una red blockchain pública- y una clave privada permite que los registros no puedan ser adulterados. Utiliza el protocolo Wallet and Credential Interactions (Waci), con un doble encriptado de la información cada vez que se transmite por Internet.

Por su parte, MIAid se encuentra integrada al Renaper y tiene la certificación FIDO End-to-End, que establece cómo se intercambia la información entre el dispositivo y el servicio. Por el lado de la privacidad, las plataformas de identidad digital descentralizada permiten que dos partes puedan interactuar efectivamente sin que sea necesario revelar determinada información privada.

En los próximos meses, MIAid comenzará a ser utilizada por una obra social de más de 1,5 millones de usuarios, una universidad y una provincia que la empleará como identidad digital ciudadana.

El estándar de Identificadores Descentralizados (DID) es definido por la W3C como un nuevo tipo de identificador verificable. Lo que lo caracteriza es que no requiere un registro centralizado y que para realizar la verificación utiliza la criptografía.