Masjoan logró el sí de Olivetti.
Telecom Italia se queda en la Argentina...
Una nube negra se había apostado sobre el edificio plateado que encabeza Puerto Madero: Roberto Colaninno, CEO de Olivetti, declaró en mayo que Telecom Italia vendería sus posiciones no estratégicas y se concentraría en Europa. Un mes después tuvo que aclarar su argumento. Juan Carlos Masjoan, presidente de Telecom Argentina, viajó a la última reunión de directorio en Italia para asegurarse de que los accionistas con los que mantiene mayor afinidad continuarían en su compañía. Algunas versiones indican que hasta el propio Carlos Menem habría intercedido ante Colaninno para torcer su visión sobre las inversiones en América latina.
Una ola de inquietud se abatió durante mayo y junio sobre las participadas de Telecom Italia en América latina, tras ser comprada por Olivetti. Luego de la primera reunión de directorio del nuevo holding, Colaninno, reemplazante de Franco Bernabé en la conducción, aseveró que este año TI vendería sus participaciones "en mercados no estratégicos".
Para lograr estos movimientos, en la agenda del CEO figura una revolución en el management del coloso italiano. Sus puntales son la necesidad de reducir costos e individualizar los productos que el mercado demanda.
El primero en salir al cruce contra los nuevos dueños fue el gerente general de la chilena Entel, Paolo Baldoni, quien dijo no entender por qué la italiana abandonaría América latina. Baldoni hizo público lo que otros plantearon puertas adentro, con los números en la mano, como el mismo Masjoan.
Finalmente, después de las presiones, a fin de junio Colaninno aclaró que Telecom Italia no cederá sus participaciones "en la Argentina, Brasil y Chile", las únicas inversiones latinoamericanas consideradas "estratégicas", lo que prácticamente da partida de defunción a la operación en Cuba y deja en terapia intensiva a la sociedad en Entel Bolivia.
El nuevo número uno aclaró que el holding italiano tampoco se desprenderá de las posiciones europeas de España, Francia y Grecia, y aceptó quTI, fronteras afuera de Italia, podría ser vendido.
Contradictorio. El frustrado plan de retirada era contrario a la línea de avance de TI en la Argentina y Brasil. En Buenos Aires estaba prácticamente cerrada la compra conjunta con France Telecom de la participación del 25% que Perez Companc tiene en Nortel, la sociedad controlante de la licenciataria telefónica, en unos US$ 380 millones. También estaban avanzadas las negociaciones por el 10% que el banco JP Morgan aún posee en Nortel.
Desde el Hotel Spoletto, donde participó de la reunión anual de directorio durante la primera semana de julio, Masjoan confirmó estas tratativas y aseguró tener en sus manos el compromiso de continuidad de TI en el país.
La resistencia de Olivetti, también iba en dirección opuesta a la avanzada italiana en Brasil, donde Tele Centro Sur, en manos de TI, planeaba una oferta por la participación que Telefónica de España tiene en CRT y que debe abandonar por cuestiones regulatorias.
En cambio, las primeras declaraciones de Colaninno parecen relacionarse con los informes que había recibido de Cuba y Bolivia. En el país caribeño los trazos de las políticas gubernamentales no satisfacen a los directivos italianos; en Bolivia el retraso del mercado telefónico funcionaría como argumento suficiente para abandonar el país.
Una ola de inquietud se abatió durante mayo y junio sobre las participadas de Telecom Italia en América latina, tras ser comprada por Olivetti. Luego de la primera reunión de directorio del nuevo holding, Colaninno, reemplazante de Franco Bernabé en la conducción, aseveró que este año TI vendería sus participaciones "en mercados no estratégicos".
Para lograr estos movimientos, en la agenda del CEO figura una revolución en el management del coloso italiano. Sus puntales son la necesidad de reducir costos e individualizar los productos que el mercado demanda.
El primero en salir al cruce contra los nuevos dueños fue el gerente general de la chilena Entel, Paolo Baldoni, quien dijo no entender por qué la italiana abandonaría América latina. Baldoni hizo público lo que otros plantearon puertas adentro, con los números en la mano, como el mismo Masjoan.
Finalmente, después de las presiones, a fin de junio Colaninno aclaró que Telecom Italia no cederá sus participaciones "en la Argentina, Brasil y Chile", las únicas inversiones latinoamericanas consideradas "estratégicas", lo que prácticamente da partida de defunción a la operación en Cuba y deja en terapia intensiva a la sociedad en Entel Bolivia.
El nuevo número uno aclaró que el holding italiano tampoco se desprenderá de las posiciones europeas de España, Francia y Grecia, y aceptó quTI, fronteras afuera de Italia, podría ser vendido.
Contradictorio. El frustrado plan de retirada era contrario a la línea de avance de TI en la Argentina y Brasil. En Buenos Aires estaba prácticamente cerrada la compra conjunta con France Telecom de la participación del 25% que Perez Companc tiene en Nortel, la sociedad controlante de la licenciataria telefónica, en unos US$ 380 millones. También estaban avanzadas las negociaciones por el 10% que el banco JP Morgan aún posee en Nortel.
Desde el Hotel Spoletto, donde participó de la reunión anual de directorio durante la primera semana de julio, Masjoan confirmó estas tratativas y aseguró tener en sus manos el compromiso de continuidad de TI en el país.
La resistencia de Olivetti, también iba en dirección opuesta a la avanzada italiana en Brasil, donde Tele Centro Sur, en manos de TI, planeaba una oferta por la participación que Telefónica de España tiene en CRT y que debe abandonar por cuestiones regulatorias.
En cambio, las primeras declaraciones de Colaninno parecen relacionarse con los informes que había recibido de Cuba y Bolivia. En el país caribeño los trazos de las políticas gubernamentales no satisfacen a los directivos italianos; en Bolivia el retraso del mercado telefónico funcionaría como argumento suficiente para abandonar el país.