Sin sentimientos, conciencia, intención, ni ganas de nada

Su campo de estudio es la Robótica Humanoide en el mundo, sus características, historia, evolución y el análisis de sus comportamientos sociales. Opina que serán herramientas de compañía, pero no un igual.

Marcela Riccillo, doctora en Ciencias de la Computación, con especialización en Robótica e Inteligencia Artificial, dialogó con Convergencia sobre el nivel de desarrollo de la robótica en Argentina, como parte del Atlas y Anuario 2015 de Convergencia.

Convergencia: ¿Las personas proyectamos nuestros sentimientos sobre estos humanoides?

Marcela Riccillo (MR): La gente habla de conciencia en los robots porque tienen carita. Pero no tienen sentimientos, conciencia, intención, ni ganas de nada. Obedecen a una programación. Nadie piensa así de los autos, aunque también se mueven. Pero los autónomos existen. Programados por humanos, aunque no necesiten que los manejen con un control remoto. NAO es un robot de medio metro que juega al fútbol. Busca la pelota, se la pasa al compañero y hasta por un sistema bluetooth obedece estrategias de juego. Pero eso no signi fica que “tenga ganas”. Juega, mete un gol, los humanos del estudio estallan de alegría, pero él sigue inmutable y vuelve a su posición para iniciar otra jugada.

Convergencia: ¿Qué nivel de desarrollo alcanzó la Argentina?

MR: No hay humanoides, pero sí autitos autónomos que juegan competencias. Se hace la liga nacional de robótica en distintas universidades. También hay lucha de sumo y laberinto. Además está la parte industrializada de brazos en las fábricas y tenemos algunas cosas muy particulares en medicina. Hay cinco Da Vinci (robots para cirugía) en Argentina, angiógrafos y simuladores.

Convergencia: ¿En qué países del mundo hay más avances sobre robots humanoides?

MR: En Japón ya existen maniquíes con piel sintética. Se usan como recepcionistas, empleadas del Museo de Tokio que divulgan la ciencia, como una atracción. Hay unos que son autónomos, que pueden llevar una conversación como Siri, en cambio los Geminoid son tele-dirigidos. Su doble está sentado en la computadora y los movimientos los replica. Geminoid F va a ser coprotagonista en una película que se llama Sayonara.

Convergencia: ¿A Sudamérica estos avances llegan más tarde que en el resto del mundo?

MR: Los temas de importación hacen que situaciones de desarrollo se den a un ritmo diferente. Para fin de año salen a la venta Hello Barbie y un dinosaurio que son conversacionales. Le aprietan la panza y los muñecos hablan. El precio será en el orden de US$ 142 en Argentina. Por ejemplo, la Rumba (aspiradora robot que se programa para que limpie con sensores) hace muchos años que se usa en el mundo y muy poco que se vende acá. El precio es entre US$ 213 y US$ 782.

En Japón también ya se vende un robot para compañía. Pepper mide 1,20 metros, tiene carita, brazos y una tableta en el pecho que lee las emociones de las personas y les levanta el ánimo.

Sale unos US$ 142 pero se compra como un celular y se sigue pagando por mes el servicio. Ya se vendieron 4.000 para las casas particulares, más los que están trabajando en las tiendas de Softbank, Nescafé y Carrefour Francia.

Convergencia: ¿Con aceptación o rechazo de las personas?

MR: A la gente le encanta, se quieren sacar fotos y llevar una conversación. Pero todo eso lo vamos a saber ahora: están buscando y llamando a programadores para que desarrollen aplicaciones porque el robot está “pelado”. El día de mañana se sabrá realmente cómo se aprovechará y ahí la gente se va a dar cuenta si sirve o no. Hoy la vida sin lavarropa, sin ascensores, es medio complicada, la robótica es historia, se ve día a día.

Convergencia: ¿Qué tipo de debates éticos se están planteando en la comunidad científica?

MR: El tema de los cyborgs. Una cosa es una persona que nació sin un brazo y otra es alguien que preferiría tener una prótesis o un aditamento robótico para aumentar su capacidad. Por necesidad o voluntad son considerados cyborgs. El año que viene se va a hacer la primera olimpiada para gente discapacitada con aditamentos robóticos, ya sea prótesis, sillas, exoesqueletos, o interfaces humano-computadora.

Se habla también de procesos que intentan traspasar la conciencia humana a un robot. En Rusia existe el proyecto 2045, pero hoy no tienen nada. Sólo financiamiento. Hay muchos problemas éticos que todavía se están discutiendo y no están resueltos. Están empezando a aparecer leyes para los autos robots. Pero todavía no se venden, hoy la responsable es la empresa que está atrás: Google, Volkswagen, Mercedes Benz, Uber, Nissan.

Convergencia: En Ámsterdam se habló de que en unos años habría amor y sexo con robots.MR:

MR: El año pasado se hizo en Francia un Congreso sobre amor con androides. Fue un debate académico y científico sobre cómo serían estas relaciones románticas. Este año se iba a hacer en Singapur pero lo prohibieron por cuestiones morales. El área de Human Robot Interaction estudia la trasferencia de los sentimientos de los humanos sobre los robots y es la parte que me interesa a mí. Cómo los robots deberían ser para tener una buena relación de convi vencia con los humanos.

Convergencia: ¿Y cómo deberían ser?

MR: Isaac Asimov plantea en un cuento que para la coexistencia entre humanos y robots es necesario que todos estén programados con tres leyes: ninguno puede dañar al ser humano, ni por acción ni por inacción; tienen que obedecer al ser humano salvo que se rompa la primera regla y tienen que auto protegerse. Si uno quiere que un perrito se parezca a un robot, va a querer que se parezca lo más posible, pero sin tener que bañarlo y vacunarlo. Entonces, ¿cuánto queremos que se parezca? Lo mismo ocurre con los humanoides.

Convergencia: Entonces ¿el robot tiene que ser una herramienta?

MR: No. Yo los considero como compañeros.

Convergencia: ¿Cuál sería el límite de la proyección de los sentimientos?

MR: Pienso que el día de mañana puede haber parejas con robots tranquilamente y no me parece mal. Hoy se está cuestionando esto porque dicen que puede afectar la psiquis de la personas. Pero ya están afectadas. Si alguien quiere tener un novio robot, no me voy a oponer porque va a seguir hablando con humanos, comprando y viajando en colectivo.

Convergencia: En una de sus conferencias mostró la publicidad de un robot que cuenta por qué quisiera ser humano.

MR: Lo interesante que dice es que “si tuviera un deseo, desearía ser humano para ver cómo se siente sentir, desesperarse, amar. Yo puedo alcanzar la inmortalidad si no dejo de funcionar. Tu puedes alcanzarla simplemente haciendo algo grandioso”. Y eso es lo que a mí me encanta. Que por la robótica yo también conozco más al ser humano. Lo que se espera es que sea una herramienta de compañía, pero no un igual. A ese camino va la robótica, a que sea un acompañante.

En búsqueda de la inteligencia robótica

Convergencia: ¿Cuál es la diferencia entre robótica e inteligencia artificial?

MR: La Inteligencia Artificial (IA) es parte de la robótica porque si un robot no tiene una “inteligencia” pasa a ser una caja.

Convergencia: ¿Eso implica la búsqueda de la “conciencia” de los robots?

MR: En los años ‘60 se quiso crear la IA como sinónimo de conciencia artificial. No se logró pero sí se creó la disciplina. La IA existe y muchos mecanismos la tienen. Pero no necesariamente tiene que ser un robot. Es para que una máquina o un software puedan reaccionar a los estímulos de su ambiente. Las grandes áreas que forman la IA son el habla, la vista y el aprendizaje automático. Pero por otro lado está la IA completa, también llamada “super IA” o “IA fuerte”. Eso es la conciencia artificial que por ahora no existe y nadie sabe si va a existir.

Convergencia: ¿Cuál es su opinión con respecto a ese desarrollo?

MR: Todavía se está trabajando en eso. Yo al principio estaba en contra de la conciencia artificial.

Convergencia: Stephen Hawking asegura que la full IA podría ser un riesgo para la sociedad.

MR: Es apresurado. Sin embargo, podemos interpretar lo que él dice como que si existiera la IA completa, habría que tomar los recaudos tanto para ese ser como para los humanos.

Convergencia: En 2015 en el Congreso Internacional de IA presentaron una carta en contra de que los robots usen armas.

MR: La carta dice que están en contra de los sistemas de armas autónomas. Muchos medios importantes lo interpretaron como robots asesinos pero no están hablando de eso. Porque si el día de mañana un nano robot mata tumores, es un robot asesino y nadie lo va a querer prohibir. La misma gente en febrero (de 2015) presentó otra carta que decía que la IA hay que guiarla para el bien de la humanidad. Por supuesto, la IA no hace nada per se, es el humano que la utiliza. 

Convergencia: ¿Recibió respaldo este grupo?

MR: No fue apoyada por toda la comunidad porque hay un pequeño detalle. En el mismo párrafo dicen “no estamos hablando de aquellas armas que son dirigidas por personas”. Entonces yo no firmo eso, porque yo estoy en contra de todas las armas.

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